Premios SADE.

Premios SADE.

domingo, 2 de agosto de 2015

LA MISMA HISTORIA - DOS FINALES



                                      GUISITO DE CORDERO

  Se levantó, desganado como siempre. Pateó un zapato de mujer y se puso las pantuflas. Murmuró: “infeliz y desprolija”. Fue hacia el baño, cuando salió lo recibió el aroma que venía de la cocina.
-¿Estás haciendo guiso de cordero?- preguntó. Entrecerró los ojos pensando: Justo hoy, se le ocurrió. Lo hace muy rico, aunque nunca se lo dije.
-Ahora te ayudo- agregó. Elsa se quedó mirándolo.
-¿Qué bicho te picó? No lo puedo creer.
-Nada te viene bien, che. Siempre caracúlica y, además, estúpida.
Elsa no contestó y siguió picando la cebolla. Sobre la mesada tenía preparado unos troncos de apio, dos zanahorias y cuatro papas peladas. Echó lo picado en la olla donde se doraban los trocitos de carne. Luis tomó la cuchilla mirándola y la mujer se estremeció. Comenzó a cortar las verduras que quedaban, en trozos grandes. 
-Los condimentos los pongo yo- dijo el hombre.
-Cuidado, no le pongas mucha pimienta Yo, siempre lo aderezo con pimentón, una hoja de laurel y una ramita de orégano fresco.
-Tranquila, sé lo que hago.
Continuaron en silencio.
 Elsa agregó a la olla medio vaso de vino tinto y salió a buscar el orégano que cultivaba en un macetón, antes le ordenó:
-Revolvé con la cuchara de madera, que no se pegue.
Al regresar, Luis le dijo: -Me llamó Aldo, voy al club a jugar al truco, comé vos, seguro me quedo a picar con los muchachos, dejame algo para la noche.
Ella no le creyó, no había oído llamar el teléfono pero no dijo nada, no quería provocar una pelea, estaba harta de sus insultos.
Bajó el fuego y dejó que se terminara de cocinar, le faltaban unos minutos.
Puso un mantel individual sobre la mesa, el vaso, los cubiertos y un plato hondo. Sacó del cajón un cucharón y se sirvió una porción abundante. No sabía que, con el guiso,  estaba sirviendo  la dosis exacta de veneno para provocar su muerte.



                                      GUISITO DE CORDERO

  Se levantó. Pateó un zapato de mujer y se puso las pantuflas. Murmuró: “infeliz y desprolija”. Fue hacia el baño, cuando salió lo recibió el aroma que venía de la cocina.
-¿Estás haciendo guiso de cordero?- preguntó- y en voz muy baja, agregó: lo hace muy rico, aunque nunca se lo dije.
-Ahora te ayudo- gritó. Elsa se quedó mirándolo.
-¿Qué bicho te picó? No lo puedo creer.
-Nada te viene bien, che. Siempre caracúlica y, además, estúpida.
Elsa no contestó y siguió picando la cebolla. Sobre la mesada tenía preparado unos troncos de apio, dos zanahorias y cuatro papas peladas. Echó lo picado en la olla donde se doraban los trocitos de carne. Luis tomó la cuchilla mirándola y la mujer se estremeció. Comenzó a cortar las verduras que quedaban, en trozos grandes. 
-Los condimentos los pongo yo- dijo el hombre.
-Cuidado, no le pongas mucha pimienta Yo, siempre lo aderezo con pimentón, una hoja de laurel y una ramita de orégano fresco.
-Tranquila, sé lo que hago.
Continuaron en silencio.
 Elsa agregó a la olla medio vaso de vino tinto y salió a buscar el orégano que cultivaba en un macetón, antes le ordenó:
-Revolvé con la cuchara de madera, que no se pegue.
Al regresar, Luis le dijo: -Me llamó Aldo, voy al club a jugar al truco, comé vos, seguro me quedo a picar con los muchachos, dejame algo  para la noche.
Ella no respondió. Bajó el fuego, incorporó una taza de caldo y dejó que se terminara de cocinar, le faltaban varios minutos.
Puso un mantel individual sobre la mesa, el vaso, los cubiertos y un plato hondo. Sacó del cajón un cucharón y se sirvió una porción abundante. Comió  escuchando la radio. Luego fue a la pieza, sacó de abajo de la cama la valija ya cargada y el bolso. Sin volver la cabeza salió hacia la calle cuando el olor a guiso quemado inundaba la casa.


No hay comentarios:

Licencia de Creative Commons
MUJERES y PROTAGONISTAS HOY by Norma Jacomet is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en http://mujeryprota.blogspot.com.