BODAS DE SAL
Para ella el mar era un desconocido. Hizo
lo indecible y lo imposible para intimar. Un día se asomó a la orilla junto con
el sol que, desde el otro lado, despuntaba.
Se sintió atrapada por su magia y el misterio. En una danza profana y
primigenia desnudó su cuerpo y desató el espíritu. Se puso el vestido de encaje
blanco que le ofrecía la espuma y, acompañada por un aleteo de gaviotas,
celebró sus nupcias con él.
4 comentarios:
¡¡¡Como me gusta leerte.!!. cada frase desata mi imaginación !!!
QUE BELLO!
Muy hermoso!!!!❤
Gracias, Lily, Norma y Stella siempre con comentarios muy generosos que alientan a continuar escribiendo.
Enry
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